domingo, 29 de marzo de 2009

29 MARATÓN POPULAR DE VALENCIA 2009.




Con gran ilusión y nerviosismo realicé mi viaje a Valencia en compañía de Rubén (mi chófer y ayudante) a competir en mi primera maratón fuera del territorio aragonés, ya que había realizado dos maratones anteriormente en Zaragoza en los años 2007 y 2008.


El viaje por carretera fue rápido y sin contratiempos y al entrar en la ciudad encontramos sin ninguna dificultad el hotel donde había realizado la reserva y sin ayuda de GPS. Después de hacer las avituales formalidades en la recepción del céntrico hotel y dejar la silla de competición en la habitación junto con las maletas, nos dirigimos mi acompañante y yo, al lugar donde había que recoger el dorsal y el chip -aparte de la consabida bolsa con regalos-. Allí me encontré con algunos de mis colegas de mi nuevo Club D'esportats Adaptats La Vall -en septiembre del 2008 fiché por este equipo, que es de Castellón. Visitamos los stand de la "Feria del Atleta" y nos fuimos tranquilamente paseando a cenar a un "mesón argentino". Después de cenar, nos dirigimos a nuestro hotel a ultimar los últimos preparativos y ajustes a la silla. Ordené con todo detalle lo que iba a necesitar al otro día en la carrera para así evitar las prisas de los últimos momentos. Como de costumbre aquella noche no dormí bien por los nervios... Me pasa siempre, no puedo evitarlo.


El domingo -día de la competición- amaneció soleado y sin aire aparente. Nos levantamos pronto y después de desayunar, recogimos todo y nos fuimos sin prisas a la salida y meta de la carrera, que estaba ubicada en el puerto. Llegamos pronto al parking de la carrera y así pude disfrutar de unos minutos de descanso dentro de la furgoneta antes de hacer mis calentamientos -mis nervios francamente lo agradecieron.


A las ocho y media ya con mis colegas de equipo, nos hicimos unas fotos y con las frases de animo de rigor empezamos a calentar suavemente para relajar los nervios que da la salida... Ese maravilloso día estrenaba mi nueva equipación del club y estaba muy orgulloso de vestirla... era mi debut con mis nuevos compañeros del club.


Un minuto antes de las nueve, nos dieron la salida a los "atletas de sillas de ruedas" y empezó el sueño y la dureza que es para el corredor competir en una maratón. Los primeros kilómetros no fui totalmente fino del todo -pudo ser que no hubiera digerido bien la digestión de la cena del dia anterior- el caso, es que no me encontré bien y no encontraba mi ritmo ideal de carrera. Notaba pesadez en el estómago... Los kilómetros pasaban, corríamos por amplias y largas calles que aquellas tempranas horas estaban casi vacías de público del "nuevo circuito".


Poco a poco, empecé a notarme cada vez mejor, cogí mi ritmo y empecé a disfrutar de la carrera... los corredores de a píe me animaban lo mismo que el escaso gentío que poblaban las aceras del recorrido.


Los 12 últimos kilómetros con subidas y bajadas constantes -la zona de los puentes si mal no recuerdo- fue donde sufrí de lo lindo... lo pase francamente mal, pero aun así, llevaba un buen ritmo y llegue esprintando -como a mi me gusta- a la ansiada meta...


-Lo as logrado Joaquín -me dije feliz a mi mismo- ya as terminado tu tercera maratón...


-¡Misión cumplida! -pensé orgulloso.


Media hora mas tarde, se realizo la ceremonia de entrega de premios con las autoridades locales de la ciudad, entre los que se encontraba la alcaldesa Rita Barberá y a mi me tocó recoger el trofeo de subcampeón en la especialidad de "sillas de ruedas"...


-Feliz y contento -suspiré.


Después de asearme y cambiarme de ropa en la furgoneta, nos fuimos -ya mas descansado- a comer a un restaurante de la playa -cerca de la meta- con mis compañeros y los familiares que los acompañaban. Con deleite degustamos unas apetitosas viandas -gastronomía típica valenciana- entre risas y amena camaradería... Y como todo en esta vida, tubo su final -y feliz-... y después de las consabidas despedidas, iniciamos el regreso a Zaragoza...


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